sábado, 11 de julio de 2015

Cuando te rompen el corazón

Cuando te rompen el corazón, no te rompen el corazón, te rompen el espíritu, el coraje, las ganas. El corazón sigue latiendo, enviando sangre, filtrándola; eso es lo peor, el corazón sigue ahí y no te lo han roto. Te han roto las piernas y las ganas de dar un paso más, las ganas de hablar y de esbozar sonrisas.

Te invade el deseo de masticar pólvora, de ingerir veneno, de arrancarte las venas; tu corazón está estremecido, pero no roto, ese se acelera y no te deja morir, lo que está roto es el tren de pensamiento claro, tiene el cerebro atrofiadas las vías, los cables estan cruzados, hay tráfico mental, las palabras son grises.

No, el corazón no esta roto cuando te rompen el corazón. Se rompe la esperanza, la ilusión, los sueños, las sonrisas, pero nunca el corazón, sólo la razón, la cordura y lo congruente; todo se desvanece, entonces estás loco, le sonríes al suicidio, a la irreverencia, a la depresión, al demonio y los fantasmas te dominan. Cuando te rompen el corazón, te rompen los detalles.